Fundamentación



Desde mediados de siglo XX, Argentina y otros países de América latina han sido testigos del surgimiento y la consolidación de distintas experiencias de comunicación comunitaria, que implican el desarrollo de medios de comunicación de un carácter privado-colectivo, gestionados por organizaciones sociales sin fines de lucro. Con diferentes denominaciones y conceptualizaciones sobre sus prácticas, dichos proyectos de comunicación “comunitaria”, “educativa”, “popular”, “ciudadana”, “participativa” o “alternativa”, que suponen una participación de los actores de la comunidad local en la programación, operación, administración y financiamiento de los medios, han contribuido a amplificar el espacio público democrático de nuestras sociedades.

La construcción de un proyecto de comunicación sin fines de lucro y coherente con un proyecto político-cultural, así como la búsqueda de autonomía respecto del poder económico y de los gobiernos, hace a la administración de estos medios una práctica particular de gestión, que tiene aspectos en común con otros medios de comunicación pero también fuertes divergencias en cuanto a las metas, los modos de organización interna, el financiamiento, etcétera.

Sin renunciar a la idea de sustentabilidad, los medios comunitarios tienden a asumir la gestión como un proyecto integral que involucra una dimensión económica pero también otra política, una comunicacional y una organizacional, todas con características distintas a las de los medios privados-comerciales.

En las últimas décadas se han multiplicado las iniciativas de comunicación comunitaria en los medios gráficos y radiales, y han surgido interesantes proyectos de desarrollo en el ámbito de la televisión y en plataformas multimediales. Con el avance de las “nuevas tecnologías”, que tienden a hacer más accesible la producción y transmisión de contenidos comunicacionales, así como la nueva legislación para los servicios de comunicación audiovisual1, es lógico prever un mayor crecimiento cuantitativo del sector, que plantea desafíos de largo plazo.

Los medios comunitarios podrían constituirse como espacios de comunicación ya no “alternativos” o “complementarios” en el espacio público mediático, sino activos y protagónicos. Esa posibilidad demanda enriquecer y consolidar sus modelos de gestión comunicacional, económica, legal y política. La Universidad pública puede contribuir a ese proceso con espacios de formación y de investigación/desarrollo específicos acordes a las necesidades de estos actores de la sociedad civil.

La Universidad Nacional de Quilmes tiene una trayectoria académica consolidada en relación a la formación en comunicación social, iniciada con la Licenciatura que dicta desde 1991. A nivel de posgrado, además de la mención específica sobre Comunicación en la Maestría en Ciencias Sociales y Humanidades, desde 2009 desarrolla una Maestría en Industrias Culturales: políticas y gestión, que ha aportado a la capacitación de profesionales para el análisis y la intervención en un sector de creciente importancia económica, social y cultural. Por otra parte, además del área de Comunicación Social desde la cual se desarrolló el presente proyecto, las áreas de Economía y Administración de la UNQ han tenido un gran desarrollo específico –en el campo de las prácticas de investigación y la extensión- en relación a experiencias de economía social y solidaria, desarrollando instrumentos vinculados a la planificación y la gestión en organizaciones sin fines de lucro.

Esta Tecnicatura Universitaria en Gestión de Medios Comunitarios asume un compromiso con el crecimiento de las organizaciones del sector y prevé brindar herramientas propias para el doble desafío de gestionar empresas de comunicación y gestionar empresas sociales (sin fines de lucro).

En otras palabras, propone una formación profesional que intersecta dos especificidades:

  • la de una empresa comunicacional, que es un tipo de organización económica particular por el tipo de servicio que produce,
  • la de la comunicación comunitaria, distinta a la comunicación empresarial con fines de lucro y también a la comunicación estatal o gubernamental.